viernes, 28 de septiembre de 2012

EL SOMBRÍO PANORAMA POLÍTICO Y LA CRISIS DE LÍDERES


POR: Julio Antonio Silva Alvarado

La falta de visión política de futuro por parte de la derecha y su entreguismo, la penuria  ideológica y las pugnas internas de la izquierda, así  como la doblez, incapacidad  y los intereses mezquinos por parte de los dirigentes de ambos sectores es una constante en nuestro país,  que a sus pobladores han puesto en niveles tan altos de desconfianza.
En el discurrir histórico de la política peruana podemos apreciar que se han fundado muchos y diversos partidos políticos, de acuerdo a las circunstancias y los intereses que en cada momento tenía un determinado puñado de personas, por ello resultaron tan efímeras esas organizaciones políticas.
Mientras el capitalismo se actualizó en formas y métodos para  saquear los recursos nacionales, estrategias de sobreexplotación laboral a las personas, técnicas de embrutecimiento y adormecimiento a las personas; la derecha solo atinó a abrirle las puertas y acogerse a migajas recurriendo a la corrupción;  la dirigencia de la izquierda pugna por sus intereses mezquinamente particulares.
La izquierda ha permanecido anclada en el tiempo, los dichos o pensamientos de antiguos pensadores son recitados memorísticamente, prohibido pensar, de lo contrario serian catalogados como revisionistas, sus máximos argumentos para combatir ideas disidentes  son dos palabras “infantilista” o “aventurero”.
La derecha peruana es muy difusa, imprecisa, sin horizontes definidos y claros. En ella se cobijan  conservadores y  reaccionarios. En su mayoría son recalcitrantes  defensores de la tradición y del sistema, promueven el autoritarismo  o la mano dura y desde luego son  arribistas de toda ocasión. Si  pertenecen al catolicismo se agrupan en torno al Opus Dei o al Sodalitium festejando los más absurdos  discursos de Cipriani,  juntando así  la religión con la política. Son partidarios de la  tesis más  extrema  del neoliberalismo, vale decir, sólo mercado y nada de Estado, exportación primaria sin valor añadido o algo de transformación, apertura total al libre comercio sin protección de los intereses nacionales (para no ahuyentar la inversión foránea) , autorregulación del mercado sin protección de la sociedad, libre movimiento de capitales (no debe regularse), explotación laboral (un trabajador sin derechos y desprotegido), chorreo PERO nada de distribución equitativa.


Hace más  de dos décadas, en  1989, se rompió el frente Izquierda Unida, y entonces comenzaron sus derrotas  electorales. Han pasado más de 20 años y los argumentos ideológicos son los mismos,   requiriéndose   una revisión crítica de lo que significó, un reordenamiento y enfoques nuevos de acuerdo al contexto nacional y mundial, pero ¿estarán en condiciones  y  a la altura de las circunstancias los que pugnan por un cargo dirigencial?
La crisis actual del capitalismo mundial abrió un contexto de incertidumbre que ha preparado los más encarnizados debates y las más diversas configuraciones. Más allá del carácter que se le atribuya a la crisis desencadenada en septiembre de 2008, el consenso sobre su magnitud es unánime, así como sobre el advenimiento de un nuevo ciclo histórico del capitalismo mundial de contornos aún indescifrables y en disputa. En palabras de Joseph Stiglitz (2008), la crisis de Wall  Street  es para el mercado lo que la caída del muro de Berlín fue para el comunismo.
Las polémicas giran en torno a las causas de esta crisis, las posibles consecuencias y las propuestas sobre la acción política encaminada a superarla. Para gran parte de los analistas (Walden Bello, Immanuel  Wallerstein, Vincen  Navarro, Torres López y otros),  es a una crisis sistémica de sobreproducción y sobre acumulación, producida por la reducción de la capacidad de consumo de las clases populares. Esta crisis arraiga en la tendencia del capitalismo a construir una ingente capacidad productiva que termina por rebasar la capacidad de consumo de la población, debido a las desigualdades que limitan el poder de compra popular, lo cual redunda en la erosión de las tasas de beneficio.
Precisamente, la etapa neoliberal conjeturó la más fenomenal transferencia de recursos desde los sectores populares a los segmentos más ricos y concentrados de la población mundial.
Sin embargo, a pesar de la crisis mundial generada por el capitalismo en diversos países del mundo, los políticos peruanos de derecha insisten en la  aplicación extrema y salvaje del modelo económico más injusto e inhumano ¿Cuándo la derecha peruana se preocupo por el desarrollo nacional?, ¿Cuándo la derecha peruana tuvo visión de futuro para el país?.


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